jueves, 21 de agosto de 2008

QUE LOS JUEGOS OLÍMPICOS NO NOS HAGAN OLVIDAR


Los bellos escenarios que a través de la televisión Beiging ha mostrado nos han deslumbrado, las competencias deportivas nos han inundado con sus plusmarcas, velocidad, altura, fuerza y resistencia de los participantes; pero aún conservo en mis retinas aquella imagen de la bebé recién nacida tirada a la par de una acera. Desechada como basura por haber nacido mujer en un país regido por la política de un sólo hijo y de la supremacía del varón sobre la mujer, política que dicho sea de paso, dejó a muchas familias sin su único hijo al suceder el terremoto y morir éste en él. El gobierno chino rompió todas sus promesas de mejorar su respeto a los derechos humanos fundamentales y las autoridades del COI (Comité Olímpico Internacional), lo han consentido. Persisten allí prisioneros políticos sin ningún cargo o juicio por la sola sospecha de parecerle subversivos al régimen. Entre ellas, mujeres embarazadas "delictivamente" por segunda vez, defensores de los derechos humanos y budistas tibetanos. ¿Por qué no veo acá a las feministas exigiendo un trato humano y justo para estas mujeres chinas?

En su política exterior, China apoya a otras joyas parecidas como lo son los gobiernos de Corea del Norte, Darfur y Birmania con su correspondiente provisión de recursos y apañando la violación a los derechos humanos que éstos cometen en contra de sus habitantes como el genocidio, tortura y arrestos injustificados. En su carrera por presentar su cara lavada y en nombre de las Olimpíadas, China recurrió al abuso de destruir las casas de más de dos millones de residentes de Beiging con el objeto de dejar los espacios abiertos hacia las sedes deportivas; quienes protestaron por esto, se encuentran detenidos acusados de rebelión. Tecnología de punta y megaconstrucciones que sorprenden, demuestran el poder económico que el régimen ha atesorado, sin embargo, tales portentos han sido posibles gracias al diseño, concepción y dirección al mejor estilo occidental australiano, lo cual demuestra que China ha presumido con kanguro ajeno al contratar estos servicios sin ser genuinamente concebidos por ellos. Lo que sí es genuino es el abuso y el desprecio a la vida de sus habitantes y de los extranjeros que se atrevan a oponérsele.

Pero eso sí, para ganar medallas sí que les sirven las atletas, las luchadoras, las nadadoras, las gimnastas; para esto sí valen las mujeres chinas, las mismas que, en tiempos ordinarios,son consideradas como personas de segunda categoría ¿qué tal? Por eso vuelvo a mi título y les exhorto a que los juegos olímpicos no nos hagan olvidar todo esto porque las vidas literalmente tiradas a la calle como la de la foto, reclaman nuestra atención, oración y compromiso por la dignidad humana siempre. ¿Ustedes qué opinan?
Visiten www.beigingboycottcoalition.com

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