viernes, 24 de abril de 2009

QUINCE AÑOS NO ES NADA


Hace 15 años que Julio y yo contrajimos matrimonio en La Merced y nuestra ceremonia fue celebrada por el entonces Arzobispo Metropolitano de Guatemala, Monseñor Próspero Penados del Barrio, quien ya goza del Cielo. Recuerdo que cuando acudimos al Palacio Arzobispal para pedirle que presidiera nuestra boda nos dijo: "Están seguros que quieren que yo los case?...Es que yo hago nudos fuertes y con candado"...luego todos nos reímos. Y es que en verdad la naturaleza definitiva que conlleva el matrimonio es como un candado fuerte y de acero. Es una opción de vida pero para decirlo con corrección es una auténtica vocación cristiana a la que Dios ha querido imprimirle y comunicarle la gracia de Sacramento. Dios en su infinita sabiduría nos otorga la ayuda sobrenatural necesaria para afrontar las viscisitudes y cargas de la vida conyugal, así como también bendice y acompaña las alegrías y tristezas que los esposos experimentamos en nuestro caminar compartido. Y así hoy, heme aquí celebrando este aniversario sin poder creer el tiempo que ha pasado y ante Dios y a través de este espacio, renovar con amor, con un amor ensanchado siempre nuevo y limpio hacia mi esposo mi juramento matrimonial sagrado y brindar, parafraseando una conocida canción, porque en verdad así lo siento que: quince años no es nada.